21 febrero 2013

El vuelo

Más de una década llevaba Robert Zemeckis sin realizar un film de imagen real, durante ese tiempo se ha dedicado a experimentar y mejorar la técnica de captura de movimiento aplicada al cine de animación por ordenador, ofreciéndonos títulos como Polar Express, Beowulf o Cuento de Navidad. Pero la verdad es que ya se empezaba a echar en falta un cambio al director de la mítica trilogía Regreso al futuro, y, aunque ha tardado, desde luego que ha cambiado, porque El vuelo (Flight, 2012) no solo supone su regreso al cine “convencional”, sino que además ha sido toda una sorpresa.

El vuelo cuenta la historia del comandante Whip Whitaker, piloto de vuelos comerciales, el accidente que sufre y la investigación posterior.
La mencionada sorpresa viene dada en gran medida a que un cineasta con una filmografía como la de Zemeckis, abundante en cine fantástico y familiar, nos ofrece con El vuelo un drama duro, con peliagudas cuestiones morales, acerca del alcoholismo o, si lo preferís, sobre las adicciones. El descenso en picado del avión marca el comienzo de la caída al propio infierno de Whitaker, y a partir de ahí el espectador es testigo mudo de cómo cae y vuelve a caer, sin entender por qué se castiga de esa manera. El vuelo es una de esas películas que, en ciertos momentos, provoca que te revuelvas en el asiento, de las que hace que te relajes un poco para después removerte por dentro, es incómoda a ratos, en definitiva, logra que te sientas mal. Pero no por ello deja de gustarte, de hecho es justamente lo contrario..., será porque siempre está la esperanza de la redención (ese plano fijo con la botellita).

Denzel Washington es el protagonista absoluto de la cinta, su enorme trabajo ha sido premiado con su sexta nominación a los Oscar, y es que el protagonista de Philadelphia muestra su mejor cara, haciendo que te creas por completo su papel. Le acompañan la pelirroja Kelly Reilly (Triage, Orgullo y prejuicio), con lo que se podría considerar un personaje en el que se refleja el de Washington, y que a mí particularmente me ha gustado, tiene una historia interesante, pero es verdad que quizá no aporte mucho a la historia principal, salvo el hecho de que es la única persona que vemos que le dice a la cara a Whitaker que necesita ayuda. Además también está un curioso Jhon Goodman (Speed Racer, The Artist), Bruce Greewood (Super 8), Don Cheadle (Iron Man 2) y Tamara Tunie (Pactar con el diablo), entre otros, como Nadine Velazquez (Me llamo Earl), que nos demuestra al inicio del film que tiene un cuerpazo (en una escena que no pretende ser precisamente erótica).

Hay buenas y malas sorpresas, y El vuelo ha sido una muy grata por varias razones: el accidente del inicio es simplemente acojonante, si hubiera estado en un cine que tuviera butacas con vibración pienso que más de un espectador habría salido de la sala; el guion, obra de John Gatins, está muy bien hilvanado, te engancha, aunque la parte final sea discutible; la realización de Zemeckis es estupenda, y no solo por el espectacular accidente, solo hay que fijarse cuando el comandante Whitaker está en sus horas más bajas o cuando está hasta arriba de drogas, en pleno subidón; y por último un gran Denzel Washington en su mejor papel desde hace tiempo, y el resto del reparto mantiene también un muy buen nivel. Fue una buena decisión verla.


LO MEJOR:
-El espectacular accidente aéreo, hiper-realista, imposible no agarrarse a los reposabrazos.
-Denzel Washington.
-Magnífico regreso de Robert Zemeckis al cine de imagen real, espero que a partir de ahora alterne proyectos y no se dedique a un solo “estilo” cinematográfico.
-La banda sonora de Alan Silvestri.

LO PEOR:
-Es una película en la que sus protagonistas se pasan un considerable tiempo bebiendo alcohol, chutándose y esnifando, o sea, que no era la película más adecuada para esos dos infantes que había en la sala junto a sus progenitores (aunque seguro que el infante masculino se quedó con el grato recuerdo del desnudo integral de Nadine Velazquez).
-El final me gusta, te deja con una sonrisa, pero quizá nos muestra demasiado, tira por la moralina fácil.

¿Quién debería verla?
Seguidores de Washington y de Zemeckis, y quien guste de los buenos dramas. 

¿Y quién no?
Los que tengan fobia a volar.

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